Las personas necesitamos cierto orden en nuestra cabeza, en nuestro entorno y en nuestra vida en general para sentirnos bien.
Imagina que abres el típico cajón donde todo está desordenado. Cada día lo abres para buscar algo y piensas… “he de ordenar esto algún día” …
Al fin, un día te ocupas de ordenar este cajón durante media hora y, justo al terminar, te invade una sensación de calma y satisfacción.
Este es solo un ejemplo de que tu entorno te ayuda a recargar energía, algo vital para poder cumplir tus objetivos en esta vida.
Entonces…
¿Cómo te sientes cuando llegas a casa? ¿Te invade una gran sensación de calma y tranquilidad o sientes como si te cayera un pesado fardo encima?
Para hacer un análisis de tu situación actual te animo a que contestes interiormente a esta serie de preguntas…
¿Sigues guardando los bolígrafos, aunque no escriban?
¿Y los papeles y apuntes que no consultas desde tu etapa universitaria?
¿No consigues deshacerte de la ropa que ya no usas y se acumula en el armario?
¿Los botes con restos de crema y cosméticos caducados siguen ocupando espacio en las estanterías del cuarto de baño?
¿Tu coche parece una papelera con ruedas?
¿La silla del dormitorio se ha convertido en un perchero permanente donde se acumula la ropa?
¿No te decides a eliminar archivos del ordenador por si acaso? ¿Tienes un montón de cosas estropeadas que guardas para reparar cuando puedas?
¿Guardas docenas de regalos horribles porque te da pena tirarlos?
Si la mayoría de tus respuestas han sido afirmativas… Tal vez deberías ir pensando en poner orden en tu vida.
Tu casa debe ser un espacio especial en donde puedas relajarte y recargar tu energía para seguir tus proyectos tanto profesionales como personales. Si al llegar a casa te encuentras con un lugar desordenado, es posible que no logres esa recarga de energía.
Acabar con el caos es una gran terapia que genera una enorme cantidad de energía. Tu casa debe ser un lugar de paz y regeneración, que te permita dedicarte a tus sueños y proyectos en lugar de quitarte energía.
Lo cierto es que a la mayoría de nosotros nos afecta el desorden, tiene un impacto sobre nuestra vida que, a veces, nos pasa desapercibido, pero del que nos hacemos conscientes cuando ordenamos, organizamos y embellecemos nuestro entorno.
Piensa en el tipo de hogar que necesitas tener para poder sentirte a gusto y desarrollarte con más facilidad.
Algunas de las ventajas que obtendrás con el orden
1-Dispondrás de más tiempo
Aunque en un principio tengas más trabajo limpiando, seleccionando y ordenando tu entorno, a la larga ahorrarás pérdidas de tiempo buscando papeles u objetos, y tu trabajo será más eficiente.
2-Tendrás más energía
El hecho de organizar y embellecer tu entorno te estará liberando de un escape de energía importante. Porque estemos donde estemos y aunque no seamos conscientes de ello, una parte de nuestra mente está absorbida por el desorden.
3- Serás más atractivo/a
¿Y eso? Estarás pensando. En cierta manera, nuestra casa es la imagen de nosotros mismos y de nuestra vida, refleja nuestro interior. A menudo, cuando iniciamos un proceso de crecimiento y de desarrollo personal, es algo natural que sintamos la necesidad de poner en orden las distintas áreas de nuestra vida. Pues también ocurre a la inversa, cuando ordenamos nuestro entorno físico, de alguna manera nosotros también cambiamos, y cambiamos las posibilidades de nuestra vida.
Nos sentimos más animados, más centrados, estamos más abiertos a otros cambios. Es en ese sentido en el que nos hacemos más atractivos.
Espacios con Feng Shui
El feng Shui es un arte milenario chino que se ocupa de modificar el ambiente, seleccionando cuidadosamente la ubicación y dirección de los objetos que nos rodean en nuestra casa o lugar de trabajo, ya que para que la vida vaya bien es primordial tener un buen flujo de energía vital. El desorden sería, pues, energía estancada y al mismo tiempo, la energía se estanca cuando el desorden se acumula.
El desorden puede ser un síntoma de lo que está pasando en tu vida.
Si nuestra casa está ordenada y acogedora, la energía circula mejor. Y si la energía circula bien en nuestro entorno es más probable que también lo haga en nuestra vida.
Por tanto, organizar nuestro entorno puede tener un efecto impactante no sólo en nuestro ánimo sino también en nuestra vida diaria, en nuestro trabajo, en nuestras relaciones, etc.
Las 3 estrategias para enfrentarte al desorden
Esperar a que los objetos se deterioren de tal forma que sea necesario tirarlos.
Esperar que, cuando muramos, la familia despeje el desorden.
Tomar cartas en el asunto y asumir la responsabilidad de nuestras pertenencias.
Esto es un poco exagerado, pero debes empezar a asumir responsabilidades.
¿Por dónde empezar?
Empezar es lo más difícil, pero una vez empieces no podrás detenerte, y cuantos más avances, mejor te sentirás.
Lo importante es que tomes la decisión y te pongas a ello. Aunque dispongas de poco tiempo, seguro que podrás sacar un rato cada día, o parte del fin de semana, merece la pena.
Empieza ordenando un rincón o una habitación que no esté excesivamente en desorden, hasta dejarlo perfecto, de manera que, viendo tus primeros éxitos, te sentirás motivado a continuar.
No guardes nada inútil.
Eliminando lo viejo estarás creando espacio en tu casa para cosas nuevas. Guarda únicamente aquello que te gusta, que te da energía.
Si no quieres desprenderte de ciertos objetos que tienen un valor sentimental para ti, elige sólo aquellos que sean especiales (y que te recuerden cosas positivas, claro está) y guárdalos en una caja especial: “El baúl de los recuerdos”. En ciertos momentos en que te sientas desanimado podrás abrir la caja y cargarte con la energía positiva de dichos recuerdos.
Distingue entre lo necesario y lo superfluo. Para decidir si tirar o no un objeto, pregúntate:
¿Cuándo fue la última vez que lo usé?
¿Por qué no lo uso más a menudo?
¿Qué es lo peor que puede pasar si me deshago de él?
¿Podré conseguir otro objeto igual si lo necesito?
Si te cuesta mucho desprenderte de tus objetos, enfócalo de otra manera: no pienses qué objetos tirar, sino que objetos quieres quedarte. Es un pequeño truco psicológico que te puede ayudar.
Es importante que tu casa te resulta agradable y atractiva. Después de ordenarla, puedes hacerla más bonita todavía. Elegir otro color para la pintura del salón, añadir flores en la ventana, cambiar los azulejos del baño, añadir una alfombra o simplemente cambiar los muebles de sitio.
Ah! Muy importante, implica a los seres queridos con quienes compartas la casa (pareja, hijos, etc.) tanto en la tarea de ordenar como en la de mantener el orden. Cada uno puede ocuparse de su habitación y de alguna pieza más de la casa; no importa cómo os organicéis, lo importante es que todos se sientan partícipes.
¡Recuerda! Todo empieza en ti.
¡Nos vemos la próxima semana!
Un abrazo ENORME.